Durante los picos de gripe, el riesgo de contagio aumenta de forma significativa, especialmente en espacios interiores donde varias personas comparten el mismo aire durante horas. Viviendas, oficinas, aulas y centros sanitarios se convierten en entornos propicios para la transmisión de virus si no se toman medidas adecuadas.
Reducir la carga viral en el aire es una de las estrategias más efectivas para minimizar el riesgo de contagio. En este artículo explicamos qué significa este concepto y qué acciones prácticas pueden aplicarse para mejorar la seguridad en interiores durante periodos de alta incidencia de gripe.

La carga viral se refiere a la cantidad de partículas virales presentes en un entorno. En interiores, estas partículas pueden permanecer suspendidas en el aire en forma de aerosoles microscópicos, especialmente cuando:
Hay poca ventilación.
El espacio está ocupado por varias personas.
Se habla, tose o estornuda con frecuencia.
La estancia es pequeña o mal distribuida.
Cuanto mayor es la carga viral, mayor es la probabilidad de inhalar una dosis suficiente como para provocar infección.
A diferencia de los espacios exteriores, donde el aire se renueva constantemente, los interiores concentran partículas respiratorias. Durante el invierno, además, se ventila menos debido al frío, lo que agrava el problema.
Los picos de gripe suelen coincidir con:
Ventanas cerradas durante largos periodos.
Uso intensivo de calefacción.
Mayor convivencia en espacios cerrados.
Todo ello crea un entorno ideal para que los virus respiratorios permanezcan en suspensión durante más tiempo.
Reducir la carga viral no depende de una única acción, sino de la combinación de varias medidas que actúan sobre el aire, las superficies y el comportamiento de las personas.
Ventilar sigue siendo una de las medidas más efectivas y accesibles.
Buenas prácticas:
Abrir ventanas varias veces al día durante al menos 10–15 minutos.
Crear ventilación cruzada siempre que sea posible.
Priorizar ventilaciones cortas pero intensas en invierno.
La ventilación diluye la concentración de partículas virales, reduciendo la exposición.
Los purificadores de aire actúan directamente sobre el aire interior, eliminando partículas contaminantes de forma continua.
Los sistemas más eficaces incorporan:
Filtros HEPA de alta eficiencia, capaces de capturar aerosoles microscópicos.
Flujo de aire adecuado al tamaño de la estancia.
Funcionamiento continuo y silencioso.
Durante picos de gripe, el uso de purificadores puede ayudar a mantener una carga viral más baja, especialmente en habitaciones donde no se puede ventilar constantemente.
La humedad relativa del aire influye en la supervivencia y dispersión de los virus.
Recomendaciones generales:
Mantener la humedad entre el 40 % y el 60 %.
Evitar ambientes excesivamente secos, comunes con calefacción.
Usar humidificadores si es necesario, siempre con un mantenimiento adecuado.
Un nivel de humedad equilibrado puede reducir la estabilidad de los virus en el aire y proteger las vías respiratorias.
Cuantas más personas y más tiempo compartan un espacio cerrado, mayor será la carga viral potencial.
Medidas prácticas:
Limitar el número de personas en una misma estancia.
Reducir reuniones largas en espacios cerrados.
Priorizar pausas para ventilar entre usos de una sala.
Pequeños ajustes organizativos pueden tener un impacto notable.
Si alguien presenta síntomas de gripe:
Limitar su permanencia en zonas comunes.
Ventilar con mayor frecuencia.
Usar purificadores en la habitación del enfermo.
Evitar compartir espacios cerrados durante largos periodos.
Estas medidas ayudan a contener la carga viral en zonas concretas del hogar o del trabajo.
Aunque la transmisión aérea es clave, la higiene sigue siendo importante:
Limpieza frecuente de superficies de contacto.
Lavado regular de manos.
Evitar tocarse la cara sin higiene previa.
Estas acciones no reducen directamente la carga viral en el aire, pero sí disminuyen el riesgo global de contagio.
| Modelo | Cobertura estimada | Filtración y funciones clave | CADR & Extras |
|---|---|---|---|
| Intimus Pure Q30 Pro | Hasta 30 m² | Filtro HEPA 14 + carbón activado + prefiltro, Wifi, panel táctil, sensor de calidad del aire, función noche, programador, luz UV, control por app y bloqueo infantil. | CADR ~280 m³/h, bajo nivel de ruido, purificación completa en 10‑12 min. |
| Intimus Pure Q45 Pro | Hasta 45 m² | 7 niveles de filtrado (prefiltro, HEPA 14, carbón activo, nano catalizador, UV, iones), Wifi, mando a distancia, panel táctil, sensor inteligente de aire, función noche, bloqueo infantil. | CADR ~360 m³/h, generación de iones negativos, funcionamiento silencioso. |
| Intimus Pure Q65 Pro (con humidificador) | Hasta 65 m² | Filtrado multietapa (HEPA 14, carbón, nano catalizador, UV, iones), humidificador integrado, Wifi, panel táctil, mando a distancia, múltiples modos de uso. | CADR ~546 m³/h, combinación de purificación + humidificación. |
| Intimus Pure Q110 Pro | Hasta 110 m² | Doble HEPA 14 + prefiltro + carbón activo, Wifi, panel táctil, mando a distancia, sensor de calidad del aire, varios modos de funcionamiento, bloqueo infantil, doble conducto de aire. | CADR ~896 m³/h, alta capacidad para espacios grandes. |
Algunas prácticas pueden generar una falsa sensación de seguridad:
Ventilar solo una vez al día.
Usar purificadores inadecuados para el tamaño de la sala.
Confiar únicamente en ambientadores o ionizadores sin filtración.
Apagar los sistemas de purificación para ahorrar energía.
La constancia es clave para que las medidas sean realmente eficaces.
Reducir la carga viral es prioritario en:
Viviendas familiares.
Oficinas y despachos compartidos.
Aulas, academias y centros educativos.
Centros sanitarios y salas de espera.
Residencias y centros de mayores.
En estos entornos, la mejora de la calidad del aire puede marcar una diferencia real durante los picos de gripe.
Reducir la carga viral en interiores durante picos de gripe es posible si se actúa de forma preventiva y consciente. La combinación de ventilación adecuada, purificación del aire, control de la humedad y una buena gestión de los espacios permite disminuir el riesgo de contagio de manera significativa.
En épocas de alta incidencia, cuidar el aire que respiramos es una de las medidas más eficaces para proteger la salud, tanto en el hogar como en espacios compartidos.