Intimus PL‑320 (versión estándar para oficina): su tiempo de calentamiento ronda los 5 minutos, antes de alcanzar la temperatura adecuada para iniciar el trabajo
Intimus Peak Educator (gama educativa/semi‑profesional): también tiene un calentamiento estimado en 5 minutos, similar al PL‑320 estándar
El indicador “READY” se ilumina cuando las resistencias internas alcanzan la temperatura óptima (habitualmente entre 80 °C y 170 °C).
Una vez listo, la plastificadora mantiene una temperatura más estable, aunque al introducir varias hojas seguidas puede encenderse y apagarse el indicador para recuperar temperatura
Al apagar la máquina, se recomienda bajarla a menos de 100 °C y dejarla enfriar durante al menos 2 minutos para proteger los rodillos.
Planifica el trabajo en bloques: espera a que se caliente la máquina antes de comenzar a plastificar para evitar errores.
Evita la plastificación continua sin pausas, para mantener una temperatura eficiente y prolongar la vida útil.
Al apagar, reduce la temperatura y espera el enfriado para preservar los rodillos y componentes internos.
Las plastificadoras de oficina tardan más en calentarse que las domésticas por las siguientes razones técnicas y funcionales:
Las máquinas profesionales como las de Intimus integran más rodillos (normalmente 4 o más), que deben calentarse uniformemente. Esto mejora la calidad del sellado, pero requiere más tiempo para alcanzar la temperatura óptima.
Las plastificadoras de oficina alcanzan temperaturas de hasta 170 °C, necesarias para plastificar con carteras de 125 a 250 micras, mientras que las domésticas trabajan normalmente con 80–125 °C y menor gramaje.
Más calor = más tiempo de calentamiento, aunque mejora la adherencia y durabilidad del plastificado.
Las profesionales utilizan termostatos digitales o sensores de precisión para mantener la temperatura exacta. Este control más fino requiere un calentamiento gradual y uniforme, lo que alarga el tiempo inicial.
Usan carcasa metálica o acero, frente al plástico de las domésticas. Esto mejora la disipación de calor durante su uso continuo, pero hace que tarden más en calentarse inicialmente porque hay más masa térmica que subir de temperatura.
Están diseñadas para trabajar sin interrupción durante horas, por eso necesitan una base térmica más estable, lo que ralentiza el arranque pero mejora el rendimiento y seguridad en uso prolongado.